Querida Alicia:
Tengo que contarte algo que te va a dar una gran alegría: Estamos organizando con Fabián la muestra que querías que hiciéramos. ¿Te acordás?
Me lo propusiste esa noche de primavera que cenamos en casa. Brindamos en la terracita que tanto te gusta, como lo hago todas las noches de luna llena. Pero tu brindis siempre trae algo más, tras el chocar de las copas, tu risa y tu voz sonora reafirman como siempre esa pequeña frase de tres palabras: ¡Por la vida!
Tan fuerte es ese mensaje, tan tuyo, que impregna de sentido cada encuentro. Yo lo repito una y otra vez cuando levanto la copa, con el recuerdo de todas las vivencias que atesoro de nuestros encuentros y de nuestras largas charlas. Ahora dejemos que sean nuestras obras las que dialoguen entre sí; tienen mucho que contarse.
Esta fiesta es para vos, también para mí. Pero antes de que se enciendan las luces para inaugurar la muestra, antes de que lleguen nuestros amigos, brindaremos en secreto:
¡Por la vida!
Marina.