Tomar distancia y recorrer con la mirada obra por obra, en el silencio del taller, me produce una sensación extraña y difícil de transmitir. Cada una de mis esculturas es la materialización de una vivencia profunda. Haber podido transcribir en imágenes, en otros cuerpos, sensaciones, sentimientos insoslayables, hacen de estas esculturas “metáforas de vida”.
Son instantes secretos ligados a los afectos, a la historia, a la memoria, a las emociones. El trasmutar alquímico de la materia primordial, “el barro”, me otorga el privilegio de resignificar y corporizar imágenes. Estas se multiplicaran con la interpretación de cada espectador, armando una trama invisible de infinitos vínculos.
Por eso cuando me preguntan de qué material están hechas mis esculturas, contesto de un material sutil:
De sueños, deseos, pesares, emociones y sobre todo mucha pasión.
Fotos de la muestra por ArsOmnibus